¿Qué eliminarías de las calles?

Esos pivotes tan horrorosos. Su cometido es delimitar el carril para los vehículos, pero lo único que consiguen son moratones en las piernas (u otra parte del cuerpo) de la gente que, inevitablemente, se topa con ellos de manera algo precipitada normalmente.
Contando con que la zona peatonal de Pamplona va ampliándose a un ritmo vertiginoso, los pivotes invaden progresivamente nuestro espacio. Lo peor es cuando llevas 50 metros intentando esquivar a la persona que va justo en tu mismísima dirección pero en sentido contrario y cuando pasa a un milímetro de ti tu dices: “Bien, no nos hemos chocado!”; pero aquí entran en juego nuestros duros amiguitos metálicos y te fastidian tu victoria. Qué rabia…

Diario de un botón

Mis orificios son tan redondos como los ojos de aquel niño al verme por primera vez. No podía creer que por fin iría a la escuela. Años y años sintiendo envidia de los demás chicos y chicas mayores…y ahora tenía su primer uniforme entre sus manos! Yo lucía mi brillo y mi perfecta costura en su polo blanco.
Por el nerviosismo, el primer día de clase no hizo más que marearme; dentro del ojal, fuera del ojal…me retorció hasta que mis hilos ya no daban más de si y me acarició describiendo mi contorno una cantidad innumerable de veces. Cuando lo fue a meter en la lavadora sintió como que una pequeña parte de su entusiasmo iba a ser también centrifugada. Una vez ya seco me tocó someterme al acecho de la para todos mis semejantes temida plancha en manos de una dedicada madre. Las suaves pasadas alisaban la superficie delicada y rítmicamente. Pero…cualquier humano puede cometer un error, y el de esta mujer me afectó directamente. Como una columna de fuego arrasadora aquella máquina soltó mis raíces de cuajo. El chico no se dio cuenta del reemplazo pero yo aún estoy en la cajita de costura esperando algún otro uniforme al que complementar…

Publicidad engañosa

El otro día en clase volví a recordar cuán envueltos estamos en la publicidad hoy en día cuando alguien dijo algo de azúcar y toda la clase al unísono dijo: "No, asssúcar no!". Esto me recordó que tenía algo pendiente en este blog. Se trata de publicidad con mensajes subliminales y no tan subliminales; mejor dicho, con un doble sentido. De momento sólo son dos, pero mi búsqueda continúa:
- (Anuncio de VIAKAL o similar, habla un lavabo) "Con tanto tráfico nunca puedo estar limpio!" A saber que "pastilla" tienen como jabón...
- "El nuevo Pooh Tortuguita" Ahora decid varias veces "Pooh Tortoguita"; no os suena a algún insulto?

Yo creo que los publicistas culpables de esto se mean de risa cuando lo vean por la tele...

Diario de un viaje

Por fin llegó mi día. Después de dos años repitiéndote tu hermana cuánto le gusté, después de todo el curso esperando, después de semanas de preparación cultural, después de después de (para muchos, y no muy convenientemente) una noche de juerga, por fin llegó mi día. Realmente merecí la pena. Admito que el cansancio a veces se instalaba en el rostro de alguno, pero bastaba con un café para retomar la ilusión motora. Saborearon todos los rincones de la ciudad, descubrieron el encanto de sus calles, se dejaron empapar por su cultura. Pero todo esto no era lo único que alimentaba esta ilusión; también las personas abrieron nuevos mundos, mostraron nuevas caras, y exprimieron todo su jugo para lograr esas gotitas de sonrisa que nunca olvidarían.
Sé que ellos agradecen que yo haya pasado por sus vidas de esta manera, pero yo no permanecería en sus memorias si no fuera gracias a ellos. Gracias a todos. No os olvidaré.

Emoticonos

Ay, los emoticonos…siempre con nosotros. La verdad es que el hombre que creó el primer smily se debió forrar. Su evolución es graciosa: de alegre a triste, cabreado, mareado, bostezando, guiñando un ojo, anonadado… Pero de ahí a las cabras y caracoles hay un salto grande. No sé quién es el “genio” que creyó que en una conversación entre dos personas estos animalitos son de tal importancia para expresarse uno, pero desde luego ha dado lugar a mucha risa…Hasta hay monólogos acerca de esto. Por esto precisamente, por su surrealista funcionalidad, ha sido nombrado como el emoticono que más os gusta.

Pequeñas curiosidades musicales

Como ya habréis podido apreciar en otros posts, la música es mi vida y me desvivo por ella. (Qué hermosa paradoja). Si la música ya de por sí me entusiasma hasta niveles sin mesura, los pequeños detalles me vuelven loca. Aquí unos ejemplos:

- El otro día, no sé que le pasó al ordenador pero se colgó haciendo todo el rato el ruido de una ventanita de error del Explorer. La satisfacción evidentemente no es esto sino que las notas que sonaban coincidían perfectamente con la de una canción de A Tear to Bloom (1999).
- Esto aún está por llegar, pero confío en que algún día pase: escuchar una canción cuyo ritmo y el del limpiaparabrisas y/o segundero sean completamente acompasados, sin desfase alguno.
- También disfruto enormemente con las canciones que no tienen coros o segundas voces, porque me encanta interpretarlos y aportar mi originalidad a la canción.


Por el contrario, existen canciones que me enervan un poco bastante.

- Un ejemplo son las que no están en ningún tono verdadero. Me explico: Están afinadas un cuarto de tono por arriba o por debajo de lo que le corresponde, lo que hace que cuando la toque en el piano escuche esa disonancia tan horrible para mis oídos. Un ejemplo es Unintended, de Muse. Si queréis comprobadlo.
- Otro ejemplo -este ya es bastante minucioso- es un coro desafinado. Gracias a mi oído absoluto, o, en este caso, desafortunadamente, en el primer coro de “Chase This Light” de Jimmy Eat World, no puedo reprimir el cantar más alto que la música, porque está un pelííííín bajo. Pensaréis cualquier cosa de mi: que soy una exagerada, una perfeccionista, o whatever. Pues lo siento si lo soy, pero es mi oído y es lo que me toca…

¿Qué te despierta por las mañanas?

Según la encuesta realizada lo que sin duda consigue desvelarnos y, en la mayoría de los casos, a la vez poner de mal humor (a unos más que a otros) es la cháchara o no tan cháchara de aquellos que se levantan antes que tú. Pero lo más gracioso viene, al menos en mi caso, cuando después de tener una discusión alzando la voz porque le han quitado el turno de la ducha, la pasta de dientes, o simplemente le molesten en medio del pasillo, se toma la irónica molestia de decir: “Shhh! No me grites, que hay gente durmiendo aún!” Me enerva en alto grado.
Para acabar pido perdón por las veces que haya podido hacer esto, pero cierta persona de la casa imposibilita el uso del baño durante laaaargo rato (y no es precisamente una mujer, querido hermano metirodebajodeladuchaunsigloymedio).

Diario de un secreto

Todo el día en su cabeza. Como una nube ocupa todo el cielo antes de dejar caer suaves gotas de agua yo anegué su pensamiento y sentimiento, racionalidad y emoción. Pasaron días convertidos en semanas en los que, de alguna manera, reprimía sus impulsos. Y cada uno venía seguido de una tormenta en la que los rayos eran las ansias de sacarme a la luz de una vez por todas. Llegó entonces el punto en el que decidió que, o afrontaba las consecuencias de lo que tanto deseaba confesar, o esa nube le turbaría hasta no dejarle ver el inmenso y azul cielo que espera tras ella. Así se concibió mi libertad. El temporal fue duro, y puede que causara daños colaterales, pero ver la hierba crecer bajo un firmamento de tal esplendor es algo que nunca olvidará.

Bian traga bien

Todo empezó cuando un bonito día de diciembre mi ortodoncista me dijo que se me estaban desplazando ligeramente unos dientes y que la causa era mi mala deglución. Es bastante chocante que después de todos tus años de vida disfrutando como una pequeña cerdita de comer sin parar (sobre todo dulces), te digan que tragas mal. Como si vivieras en una mentira. En fin...como consecuencia me mandó a una logopeda, que, sí, además de enseñar a hablar enseña a tragar. Me lo tomaba un poco a lo juego de rol; "Ya trago a nivel 3!"Decía tras una victoriosa sesión. Las clases consistían básicamente en que te viera comer la mujer: primero agua, luego una magdalena, un sandwich blando, un bocata más duro y por último un bocataca con bien de jamón.
Pues bien, después de este algo gracioso o ridículo (sin connotaciones negativas) episodio, ya se puede decir que Bian traga bien!