viernes, 30 de mayo de 2008

La risión

Hoy viendo la tele, ha salido un anuncio que consistía en una sucesión de palabras que empezaban por "h", pero escritas sin ella. Pues bien, aquí viene lo bueno: veo la palabra "ipopótamo", me giro hacia mi hermana y decimos a la vez:

- ¡Había leído "hipotálamo"!

Estos es la prueba de que tirarte las horas que te tiras estudiando el sistema nervioso tiene sus frutos, y éste desde luego es algo más cómico de lo esperado, lo cual se agradece tras tantas horas de sumisión entre hojas y hojas.

Aprovechando el post, voy a contar otra anécdota análoga que me ocurrió hace poco.
Estando con un amigo, él dijo la mítica frase:

-¡Qué alegría, qué alboroto...

A lo que yo le sigo con:

-...otro perrito piloto!

He aquí mi descojono cuando a los 3 segundos de yo pronunciar estas palabras, decimos al unísono (increíble):

- ¡Another pilot dog!

Nuestras caras iban aumentando su nivel de asombro conforme lo íbamos diciendo y nos hacíamos conscientes de que tal gilipollez pasaría a la historia.

jueves, 22 de mayo de 2008

The first song

He aquí mi primera creación literario-musical para mi grupo. Independientemente de que os guste más o menos, he de decir que estoy orgullosa de ella. Aún no tiene nombre, y seguramente sea modificada, pero eso ya lo iré actualizando por aquí.


Separated, south and north away from home

lost in the way that leads us to the fall
we can look back, but we'll only find ourselves
we can go on, and we'll see what happens next

take a rock and build a bridge
burn it down and see the risk

don't you dare move any piece
of the puzzle of this road
you'll never know what all this means
if you play the role of god

calculating the distance with our steps
but our feet are not moving yet
lacing up the shoes that keep my wish
turning down the chance to kill my fears

you're a bed that keeps me cold
because i've stolen your blankets
to hide the clocks on the wall
and toss the minutes out of our hands

lunes, 19 de mayo de 2008

¿A quién no le gusta aprender?

Unos hombrecillos que empujan furiosos con todas sus fuerzas las paredes del muro que les separa del exterior. Mil palabras de vocabulario de francés que chocan entre sí, intercambiando de vez en cunando sus letras. Tiros oblicuos de ideas que se pierden en la desgana. Campos eléctricos de condensadores que unen los polos de la vagancia y el estrés. Trazas de una melodía de Chopin que se repite, bajos de Beethoven que taladran el sonido.
¿Qué es todo esto? El dolor de cabeza que produce ahora mismo el principio de la temporada de exámenes.
Ánimo bian! Gracias, gracias.
Apuf... -.-'

sábado, 17 de mayo de 2008

Diario de ella

Y tu en mi cabeza otra vez. No sé por qué pero tengo un sentimiento horrible que me corroe por dentro. Puede ser que verte y no poder hablarte como sabes que me gusta me hace un poquito de daño. Puede ser que esté echando de menos cinco minutos de esos en los que el lenguaje es el silencio, las palabras son caricias, las emociones miradas y los suspiros...suspiros. Puede ser que esta canción que escucho me traiga tu imagen a mi cabeza de una manera tan melancólica que ni la lágrima más pura podría describir. Puede ser que te necesite más de lo que te puedes imaginar y una semana y un día se me haga una eternidad sin sentirte tan cerca como mi cuerpo pide a gritos. Puede ser que tu voz a través del teléfono no sea suficiente en un día como hoy para llenar el hueco que mi corazón te reserva para cuando quieras llamarle a la puerta, aún sabiendo que puedes entrar en él sin avisar.
Puede ser...y por si es, por favor, necesito que leas esto y me des a entender de alguna manera que te apetece llamar a esa puerta, que estás al otro lado mirando las letras del felpudo de bienvenida que no dice otra cosa que "sabes que te quiero".

miércoles, 7 de mayo de 2008

Diario de un banco

Siendo lo que soy la vida no da para mucho más que dejarte utilizar para cualquier persona que te necesite. Soy un punto de apoyo donde el cansado puede recobrar fuerzas, y así me siento colaborador en su bienestar; soy un lugar donde la madre enseña al niño la naturaleza que le rodea, y así me siento parte de una familia; soy también un sitio de espera, y así me siento partícipe de lo que llamáis nervios, ilusión, esperanza...
Ver la vida pasar en forma de personas que recurren a mi para todo este tipo de cosas -y muchas más que no he mencionado- a veces hace sentir la impotencia de no poder ver las caras de aquellos que son felices tan sólo con compartirme, sin hablar, si moverse, sólo sintiéndose tan cerca el uno del otro como yo de ellos. Pero entonces tengo que adoptar mi papel de tablón de madera resignado, que se ha de conformar con conocer la felicidad como resto de momentos como estos que dan calor a mis ya algo viejas astillas.