domingo, 29 de junio de 2008

Cartas a la Basura: Horas de sueño

Con esta carta tiro a la basura horas de sueño. Porque mi vida últimamente es una auténtica telenovela. Porque un beso sin una palabra después es medio beso. Porque cuando hay tanto dentro no se puede dormir, se tiene que hablar, y cuando no se puede hablar, se escribe esto.
Apuf.

Queda inaugurada mi nueva etiqueta de “Cartas a la Basura”. Si queréis tirar vuestra carta de hoy, hacedlo.

sábado, 28 de junio de 2008

Diario de un granito de arena (un grain de sable ^^)

Me dio pena que no me viera en el momento de mi caída. Bueno…verme, me veía, pero no quería mirar.
Tras horas y horas de tratarme, ahora humedéceme, ahora moldéame, ahora cúbreme, se empezaba a distinguir la forma de un castillo. Ni que decir tiene que no era el mejor castillo de los alrededores; al lado podía ver a mis compañeros formando parte de amenazantes almenas y solemnes portones, pero mi labor era más de ilusión que de corrección.
Al principio, los golpes de aire arrastraban a alguno de nosotros, pero sus manos estaban ahí para recomponernos de inmediato. Pero el agua poco a poco hacía inevitable que nos acabáramos desmoronando, y sin esas dos manitas, más que un castillo parecíamos una simple colina. No creo que ahora mismo ningún rey o reina de las arenas quiera utilizarnos como asentamiento, pero… ¿quién sabe? Quizás cuando vuelva la vista atrás quiera utilizar esos inocentes dedos para hacer de nosotros el más bello castillo de arena que su ilusionada cabecita es capaz de imaginar.

martes, 10 de junio de 2008

Diario de una llamada

Tantas horas ya eran bastantes para poner fin a mi intervención. Aún así, siempre encontraban un suspiro que columpiara su sueño y desviara sus dedos de la tecla de colgar. Incluso con las palabras más banales conseguían transmitir un mensaje de unión que mantenía sus sonrisas vivas en la imperceptión. Pero fueron llegando dulcemente a la despedida.
Fui una muy agradable llamada.


Volví a tomar parte en su juego. Y es que en las horas anteriores no había podido decir lo que, sin embargo, su voz ya había dicho entre líneas. "No quiero que te vayas a dormir sin que te diga lo mucho que te quiero". Eso fue todo. Unas pocas palabras que llenan el hueco del silencio que espera inquieto a ser roto a mi llegada.
Fui una llamada perfecta.

Pepito Grillo

Este finde he tenido que hacer una disertación filosífica de un tema libre y, no sé por qué, he elegido "La conciencia". Entre muchas otras líneas, querría destacar el párrafo final. Simplemente me gusta mucho cómo me ha quedado y, ¿qué mejor sitio para plasmarlo que aquí?

"Ese cajón que guarda todo nuestro bienestar con el que nos pillamos tantas veces los dedos. Esa lluvia molesta que hace crecer nuestra hierba. Ese reloj que a veces se para, se adelanta, se atrasa, pero sin el cual estaríamos perdidos en la dimensión de nuestra persona. Eso es para mí la conciencia."