sábado, 18 de octubre de 2008

Cartas a la Basura: Tiempo Libre

Con esta carta tiro a la basura mi tiempo libre. Realmente dudo que tenga tanto como para andar tirándolo a la basura, pero el caso es que últimamente la relatividad juega en mi contra. Las fórmulas reducen a cero los segundos, las definiciones alargan los instantes de astío y los compuestos orgánicos lo único que saturan es mi capacidad de concentración. Inevitablemente, esto me conduce a la triste situación en que lo más divertido que haga estos últimos días en casa de 15:00 a 22:00 es recoger la montaña diaria de ropa de mi cuarto. Resulta curioso que, aunque sea algo que no esté ni remotamente al alcance de nuestras manos, el tiempo que poseemos es de nuestras mayores riquezas. Ojalá no tuviera que tirar esta carta... ¿seguro que alguien no la tiene repe? Os la cambio por una de cosas que haría si tuviera tiempo, que de esas me sobran.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Diario de una laguna

Soy una laguna emocional, y considérate raro si no me identificas de inmediato, porque según mi experiencia personal no hay humano que no disfrute de mi presencia durante instantes o periodos de su vida, más o menos numerosos. En su cabeza tal vez no aparezca mucho, pero créeme: cuando llego, lo inundo todo, como aquella vez... Hacía ya unos cuantos meses que no rondaba por allí, pero, el terreno estaba preparado ya para mi llegada. Y digo esto porque como buena (aunque metafórica) laguna me hacía falta un lugar que configurara la base de los hechos y palabras para llenarse de la miscelánea de opiniones, corazonadas, cálculos y visceralidades que me componen. Al principio creía que me controlaba, pero pasaban los días y lo único que hacían sus consignas de autoaprobación era poner un tapón a mi sistema de desagüe. Por fin fui evaporándome gota a gota, quienes consigo se llevaban el desasosiego y la incertidumbre. Tras recorrer un cielo de dudas y reflexiones, llegaron a ver la realidad, cuando gota a gota nuevamente se volvieron a condensar para caer por sus mejillas. El terreno sigue húmedo desde entonces. Hay algo que así lo mantiene y no sabe qué es; del tiempo y la voluntad dependerá que me vaya para siempre.