"Detrás de una noche sin dormir hay una historia sin acabar." Y ahí he aparecido yo. Tras escribir esa frase sus manos se han quedado quietas; quietas como su respiración, su mente y sus ojos.
Para ella yo soy lo que antes le traía sonrisas y ahora inunda de inquietudes. Más que una imagen, a veces creo que soy una cárcel. Se queda encerrada en mi, planeando cómo escapar; contando el tiempo que lleva, pero disfrutando a la vez mientras lo marca.
Y mientras me ve se repite: "Detrás de una noche sin dormir hay una historia sin acabar."
Lo que ella no sabe es que de vez en cuando también a él le hago visitas. Quizás algún día lo sepa.
Hasta entonces ella seguirá pensando en cuánto le gustaría cambiar una imagen por mil palabras.
4 comentarios:
soy de las que suelen preferir las mil palabras antes que la imagen...
Y cuando menos te lo esperas ¡Bam! aparece Alberto por tu blog, porque aunque nunca se pase por tu blog, no se le olvida...
Por cierto cuando entres al nuevo, me da que me vas a matar por haber puesto tanto...
Me he perdido por su fantástico, blog me queda felicitarla por tan maravilloso momento que me ha echo pasar, muchas felicidades reciba un afectuoso saludo.
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