viernes, 23 de enero de 2009

Diario de una disculpa

Esta soy yo: una disculpa. Y como, desafortunadamente, muchas de las de mi especie, creo que llego tarde. Pero más vale tarde que nunca, ¿no? Pues aquí me encuentro presentándome ante vosotros; dando la cara por aquella que la tiene dura al no dejarse ver por este azulado espacio en más de un mes... ¡Hay que ver! Espero que por lo menos tenga motivos convincentes como para darme sentido.
Hasta ahora yo creía que me iba a usar de otro modo, algo más profundo, quizás, pero no. ¿O sí? Tal vez se halle aquí la cuestión de su ausencia... Da que pensar, la verdad.
En cualquier caso, sólo me envía con el propósito de, además de entreteneros, dar señales de vida y anunciar su vuelta con más y mejor (lo intentará). Espero que sepáis aceptarme.

¡Y no dudéis en sacarme a la luz de vez en cuando!

6 comentarios:

Dani dijo...

Bueno, esto está (algo) mejor. De todas formas, señora disculpa, ha debido usted de perder a su siempre leal compañera, la señora excusa. No obstante, su papel lo ha cumplido. Y que no deba volver a exigirla.

Ire dijo...

Vaaale, discula aceptada, sólo porque no paras de tener exámenes, pero ya te vale bonita, que las miguitas...

Marta González Coloma dijo...

Una visita de la señora disculpa nunca está de más. Y siempre es bien recibida :)

Anónimo dijo...

Disculpa aceptada ^^

aun que... yo no te veia muy ocupada mirando tu tuenti. Jajaja

Bian dijo...

Sofinder, "aunque" va todo junto.
Y una cosa es informarte de la actualidad de tu círculo social (eufemismo consolador de cotillear), y otra que te venga la inspiración para escribir.
The timing has to be perfect

Maraya! dijo...

Qué forma tan enrrevesada de decir: AAAAAAAAAh no tengo tiempo pa ná! ^^ mola.