sábado, 9 de agosto de 2008

Diario de una almohada

Como todas las noches, las dos cabezas se apoyaron en mi. Saben que no soy un simple utensilio de cama; saben que mis plumas sirven de colador por donde se filtran sus preocupaciones y saben que mi funda permeabiliza sus mentes del cansancio.
Como todos los días, una cabeza se va antes, con dificultades y a veces sin haber descansado lo suficiente. La otra se queda unas horas más hasta que su forma está plenamente impresa en mi mullidez.
El sol ya se puso hace unas horas, y sigue sin haber más de una cabeza. ¿Dónde está la otra? De esta manera me vuelvo impermeable y mis plumas son incapaces de filtrar las lágrimas que me empapan.

5 comentarios:

El Zorrocloco dijo...

Mi almohada intentó matarme una vez, pero no llegó a salirse con la suya.

Ahora intenta dejarme paralítico, no hay más que ver cómo tenía el cuello cuando me he levantado esta mañana xD

(Estarás contenta con el diario, que esta noche duermo solo... ¬¬)

Anónimo dijo...

Despues de el americano-italiano aquel, el que conocimos en la noche de juan ecuador..el moro que invento la almohada es mi segundo idolo!! aunque es verdad que muchas veces solo sirve para desahogarse sobre ella. Mi almohada tambien pide a gritos algo mas de compania (pronuncialo al estilo Karmele, que en england no existe nuestra querida spanish letter)

Anónimo dijo...

ufff..en que estaria pensando, cambio el del de la primera linea ^^

Dani dijo...

Tú, cómo no, mejorando con el tiempo. Cada vez dices más en menos. ¡Maestra!
(EStoy de vacaciones, siento tener todo tan abandonado.)

Jaco dijo...

Con cada diario consigues transmitir mejor todo lo que quieres expresar... Me encanta entenderte!