martes, 27 de enero de 2009

Diario de una casualidad

Fue una tarde de invierno después de dos estaciones sin verse. No había nada especial, o al menos que supiera. Al igual que a veces le entraban ganas de volver a escuchar esa canción, el deseo de verle le erizaba hasta la sonrisa. De una manera inocente su propuesta de reencuentro caló en él. Pero era una inocencia aparente que se desmoronó esa tarde en cuanto hablaron un rato.
Creedme que cuando llego se nota en el ambiente. De una casualidad como yo surgen caras de sorpresa, y por qué no, de extrañeza, y cuando pasa el momento, todos dicen: ¡Qué casualidad!
Hubo caras de sorpresa, de pena, de rabia... pero la que cuenta es la de alegría que aún les dura desde aquella tarde. Pasa el tiempo y ellos no piensan "¡Qué casualidad!", sino "¡Qué alivio!". Sabían que iba a llegar ese día. Para dejar de lado un tiempo de distancia y letargo sólo les faltaba algo: no una casualidad, no; ese algo...

9 comentarios:

Jaco dijo...

Creo que cuando se te eriza hasta la sonrisa, una casualidad acaba siendo algo más que eso.

Al menos esa es la impresión que me da cuando me voy pensando "qué casualidad..."

Miguel dijo...

q monito ^^ x 4

Dani dijo...

Fetén, como siempre. Me ha hecho sonreír como un tonto... :$

Y en cuanto a usted, señora casualidad, espero que se aparezca por mi vida algo más a menudo.

Unknown dijo...

qué casualidad! cucuruchos! cientos de ellos!!

=O!

Anwar dijo...

Bonito relato XD

Saludos desde:

http://cinemaworldycomics.blogspot.com/

Anarquista dijo...

Puta casualidad, que nos llama destino, y nos trastorna los sentidos...

anacrusa dijo...

Sin ir más lejos, y lo he comentado en la mesa más de una vez, todos somos fruto de mil casualidades. Ya os he soltado el sermón acerca de las 143 casualidades (aprox.)que tuvieron lugar para que vosotros nacierais. Pero, ¿de verdad fue casualidad el encuentro que comentas?

anacrusa dijo...

Me se ha olvidado de decirte que me ajuntes a tu lista de mirones.

Anónimo dijo...

Me presento porque creo que no habéis entendido mi diario:
se conoce (^^) que no soy la protagonista de este diario: he ahí la gracia. Hablo de lo bonita que una situación cuando no es fruto de una mera casualidad, sino que es por algo, ese algo indefinible entre dos personas que hacen que alguien como yo no tenga cabida.