Cuarto Sanferdía

Esta vez con el peluche mono entre mis brazos, escribo otro día más.
Tal y como esperaba, ayer estuve más animada. Llegó mi prima Lu y nos lo pasamos de putis jugando una vez más al duro (durum, para los amigos), con más gente que nunca, bailoteos, castigos y demás diversiones varias.
A horas ya madrugadiles salimos de casa a conocer un poco la noche y como siempre: frío. Así es Pamplona, queridos amigos.
La noche me sirvió para encontrarme con un ex-novio, felicitarle por su cumpleaños, conocer al tío más repulsivo, arrogante e insoportablemente competitivo que resultó ser un amigo suyo, y dar alguna vuelta que otra con Jenn.
Al final, sin comerlo ni beberlo, como siempre se pasa más tiempo del que parece y llegué a casa hacia las 7 sin haber hecho nada apenas. Tras un poco de frikismo con cereales en mano, me fui a la cama, donde he dormido hasta que las jotas me han despertado, como cada día.
Eso ha sido el cuarto sanferdía. ¡Hasta mañana, compañeros!