domingo, 25 de noviembre de 2007

Diario de una mentira

Para empezar yo no soy una mentira. Así que podéis comprobar que si lo soy. Pero tranquilos que yo soy una muy experimentada, así que ya he aprendido a discernir entre la realidad y... lo que yo hago, vamos. Cuando estoy en la mente de niños y niñas pequeños, me siento como de juguete. me utilizan para darme forma de "yo no he roto el jarrón (pero tengo un martillo y un trozo de porcelana en la mano, jejeje, a ver si cuela)". Conforme crecen me van puliendo poco a poco. Siendo un adolescente una buena salida es utilizarme para negar que sales hasta las tantas, que te coges algún que otro pedo, y cosas algo superficiales en general. Tampoco cambia mucho en la adultez: "jefe... Estoy con la gripe, ayer fui al médico y me dijo que hoy por nada del mundo fuera a trabajar. Ya ve que fastidio. Espero que mañana ya este mejor. Después de todo, podréis llevar la empresa sin mi un día ¿no?" Tan verídico como poco ingenioso...Ahora bien, siendo un niño de 10 años o un abuelete con los días contados, como bien dice un famoso médico rey de la sátira y el sarcasmo: todo el mundo nos utiliza a discreción. A veces somos piadosas, otras veces hirientes, pero somos, al fin y al cabo, un recurso de lo más común.

El día en que desaparezcamos de la faz de la tierra... bueno, ¡qué digo! somos una especie completamente inextinguible...¿no crees?




(Originalmente publicado el 21 Junio 2007)

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